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Proceso de transformación comunitaria a través de las artes escénicas en dos escenarios comunitarios en Puerto Rico

Proceso de transformación comunitaria a través de las artes escénicas en dos escenarios comunitarios en Puerto Rico by  Yazmín E. Maldonado Peña

Author(s): Yazmín E. Maldonado Peña

Abstract:

Resumen - Las artes comunitarias tienen la capacidad de generar procesos significativos de transformación en los distintos niveles de intervención psicosocial (individual, grupal, comunitario, institucional, político, cultural e ideológico). En este trabajo, analizamos los procesos de transformación comunitaria producto de la participación en proyectos comunitarios basados en artes escénicas. Con el objetivo de obtener una perspectiva crítica, comparamos el proceso de transformación en dos tipos de comunidades: una geográfica (proyecto de vivienda pública) y una institucional (escuela alternativa basadas en artes). Los hallazgos en la comunidad geográfica evidenciaron un proceso de transformación social-comunitaria a partir de: cambios en la percepción del arte como ‘mero adorno’, reconocimiento de su función protectora-preventiva; desarrollo de empowerment individual y colectivo, de redes sociales y de capital social; cambios estructurales e impacto en los sistemas sociales educativo y familiar. Los hallazgos en la comunidad institucional incluyeron: transformaciones cognitivas sobre prejuicios y estereotipos sociales, aumento del interés de los/as familiares por las capacidades y logros de los/as participantes del arte, transformaciones institucionales y logros estéticos significativos. La participación comprometida y a largo plazo en las artes escénicas generó importantes puentes de solidaridad; mitigó disputas heredadas que reproducían violencias y las transformó en acciones cooperativas y en un sentido de familia. Las artes escénicas promovieron un nuevo sentido de identidad y pertenencia al involucrar y comprometer a diferentes sectores de la comunidad en un objetivo común. El carácter comunitario que adquirieron las artes escénicas fue una herramienta crucial para el restablecimiento de relaciones y el desarrollo de nuevos vínculos comunitarios.

 

Abstract - Community arts have the ability to generate significant processes of transformation at different levels of psychosocial intervention (individual, group, community, institutional, political, cultural and ideological). In this work, we analyze the processes of community transformation resulting from participation in community projects based on performing arts. To gain a critical perspective, we compare the transformation process in two types of communities: a geographic one (public housing project) and an institutional one (alternative arts-based school). The findings in the geographic community evidenced a process of social-community transformation based on: changes in the perception of art as 'mere ornament', recognition of its protective-preventive function; development of individual and collective empowerment, social networks and social capital; structural changes and impact on educational and family social systems. Findings in the institutional community included: cognitive transformations about prejudices and social stereotypes, increased interest of relatives in the abilities and achievements of art participants, institutional transformations, and significant aesthetic achievements. Committed and long-term participation in the performing arts generated important bridges of solidarity; it mitigated inherited disputes that reproduced violences and transformed them into cooperative actions and a sense of family. The performing arts promoted a new sense of identity and belonging by involving and engaging different sectors of the community in a common goal. The community character acquired by the performing arts was a crucial tool for reestablishing relationships and developing new community bonds.


Article:

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Contexto histórico y realidad actual de Puerto Rico

Conocida como la colonia más antigua del mundo, Puerto Rico, es una isla-archipiélago que enfrenta un entramado social complejo cuya comprensión debe poner en perspectiva tanto su contexto histórico como su realidad sociopolítica (BBC Mundo, 2017). Históricamente, su situación política ha sido cuestionada por tratarse de un particular ‘Estado Libre Asociado’ (ELA) donde el ‘estatus colonial’ queda suplantado por un supuesto estado de autonomía democrática para la toma de decisiones al interior de la isla (BBC Mundo, 2017). No obstante, se han denunciado tanto las contradicciones del llamado ELA, como sus problemáticas ante el ejercicio de la democracia y ante las posibilidades de desarrollo económico del país (Cruz-Martínez, 2017). En 1952 (año de instauración del ELA) Puerto Rico pasó a tener “autoridad” sobre su política interna (supeditada a las leyes estadounidenses) pero sin adquirir control sobre sus relaciones exteriores (BBC Mundo, 2017; Cruz-Martínez, 2017). En 2016, de cara a la crisis fiscal, a la degradación del crédito del país a categoría chatarra, a su descualificación para asumir nuevos préstamos económicos y ante la imposibilidad de declararse en bancarrota (por no ser un territorio incorporado a los EEUU) Puerto Rico acudió al Congreso estadounidense en búsqueda de soluciones (NotiCel, 2014; BBC Mundo, 2017). En este momento histórico, el grado de autonomía interna del país terminó de extinguirse con la aprobación de la Ley PROMESA (Puerto Rico Oversight, Management, and Economic Stability Act), mediante la cual EEUU impuso una Junta de Control Fiscal (JCF), un organismo encargado de controlar y auditar todas las acciones financieras del Gobierno de Puerto Rico (Cruz-Martínez, 2017). En el 2017, la JFC enmendó arbitrariamente el presupuesto aprobado por el Gobierno de Puerto Rico – dejando en evidencia la realidad colonial y falta de autonomía de la isla – pero sobre todo dejando a la ciudadanía desprovista de mecanismos económicos reales y urgentes para enfrentar las crisis fiscal, social y ambiental que ha confrontado en las últimas décadas (Cruz-Martínez, 2017).

 

La imposición de una JCF ha tenido serias implicaciones en el panorama político, económico y social del país. A finales del 2017, la isla vivió el duro azote de dos fuertes huracanes y quedó devastada en más de un aspecto: económico, estructural, emocional, psicosocial, ambiental, entre otros (Bonilla, 2020; Wiscovitch Padilla, 2018). El Huracán María dejó un saldo de 4,645 muertos/as y socavó las condiciones de pobreza previamente existentes, dejando a la mayoría de las familias sin acceso a los servicios básicos para sobrevivir (agua potable, techo y/o vivienda segura, ventilación y oxígeno para enfermos/as encamados/as, acceso a servicios de salud básicos y especializados y acceso a alimentos) (Bonilla, 2020; Sosa-Pascual, 2018). Esta situación ahondó las condiciones de pobreza en la isla y dejó a muchas familias sin vivienda, sin techo o en condiciones inseguras (Bonilla, 2020). La situación general de la isla empeoró a comienzos del 2020, tras enfrentar un sinnúmero de fuertes temblores y terremotos que devastaron muchas comunidades (dejando nuevamente a familias sin sus hogares[1], sin techo y sin refugios seguros a los cuales acudir) (Díaz-Ramos, 2020; Robles & Rodríguez, 2020). Sin embargo, tales eventos medioambientales han sido solamente el telón de fondo de una crítica realidad previamente existente. Ante este difícil contexto, algunos/as líderes comunitarios/as han denunciado la inacción del Gobierno y la ineficiencia de las medidas implementadas para afrontar los embates del medioambiente, señalando que el verdadero desastre lo constituye la crisis de gobernanza, la falta de transparencia gubernamental, la corrupción y el colonialismo (Bonilla, 2020; Gelardi, 2020; Wiscovitch Padilla, 2018). En este sentido, nos encontramos de cara a una crisis colonial ahondada por la inminente crisis económica, desencadenada a su vez en diversas crisis sociales, confrontada por los estragos de los inevitables pero impredecibles desastres naturales, pero sobre todo precarizada por un estilo de gobernanza corrupto (Atiles, 2020; Bonilla, 2020; Gelardi, 2020; Wiscovitch Padilla, 2018). Dicho panorama nos ofrece una idea de la situación general del país, una bastante complicada, precaria e insostenible para las comunidades más vulnerables.

 

Una mirada a las problemáticas principales de las comunidades en Puerto Rico

No es posible, o por lo menos realista, presentar una radiografía de las comunidades puertorriqueñas sin enmarcarla desde el contexto anteriormente planteado – o lo que Bonilla (2020) ha llamado la ‘colonialidad del desastre’. Tampoco es posible referirse de manera homogénea a “las comunidades”, ya que las realidades que manifiestan unas y otras son heterogéneas y diversas. Sin embargo, a continuación, pretendo ofrecer un contexto común sobre la mayoría de las comunidades puertorriqueñas y presentar sus problemáticas más apremiantes. Del mismo modo, no pretendo pasar por alto las fortalezas y capacidades de los diversos sectores del país. De cara a un gobierno que se caracteriza por un estilo de gobernanza corrupto, la fuerza y solidaridad comunitaria han mantenido la isla a flote y el valor de lo comunitario resalta como una estrategia de resistencia, movilización, democracia, resiliencia y sobre todo autogestión. No obstante, cuando hablamos de las principales problemáticas de nuestras comunidades perfilan los temas de violencia, criminalidad, desempleo, salarios de pobreza, educación precarizada, problemas de viviendas, pobre calidad de vida y falta de acceso a recursos, entre otros.

 

Vivienda segura y calidad de vida.

Uno de los problemas más importante que se perfila en las comunidades del país es el acceso a viviendas asequibles y/o seguras. El problema de la vivienda segura ha sido uno que ha aquejado por años a las familias y comunidades puertorriqueñas (sobre todo a las comunidades más vulnerables ubicadas en zonas inundables o zonas rurales con pobre infraestructura). Esta situación empeoró luego de los diversos desastres naturales que ha enfrentado la isla desde el 2017 al presente (Bonilla, 2020). Durante el Huracán María en dicho año, algunos de los refugios (incluyendo escuelas o edificios públicos) sufrieron grandes daños, los cuales escasamente han sido reparados por el gobierno (Díaz-Ramos, 2020). Además, durante los eventos de terremotos del año 2020, las estructuras ya debilitadas volvieron a sufrir nuevos daños hasta hacerse completamente inseguras (ej. escuelas de la comunidad) o en ruinas (Díaz-Ramos, 2020). El gobierno de turno realizó pocos esfuerzos por reubicar a dichas comunidades en estructuras seguras, por lo que muchas familias (incluyendo niños/as, embarazadas y envejecientes) permanecieron por meses durmiendo en carros, casetas de campañas, carpas, entre otras; situación que se extendió incluso hasta el surgimiento de la pandemia del COVID-19 (EFE News, 2020; Robles & Rodríguez, 2020). Además, debo añadir que el costo de las viviendas en Puerto Rico es uno extremadamente alto, lo que contrasta con el salario anual de muchas familias puertorriqueñas ubicadas bajo el umbral de pobreza (Red State Data Center de Puerto Rico, 2019; Caraballo-Cueto & Rodríguez-Galí, 2018).

 

Salarios de pobreza, costo de vida y desempleo.

Son precisamente los salarios de pobreza una problemática crucial que enfrentan las comunidades puertorriqueñas en contraposición a los altos costos de vida en la isla. Siendo un territorio asociado a los EEUU, Puerto Rico carece de la libertad para importar y exportar productos libremente con otros países, por lo que todo lo que llega a la isla debe pasar primero por los puertos estadounidenses elevando el costo de vida en la isla (Nina, 2016). A pesar de que el salario mínimo en Puerto Rico es el mismo que en EEUU, el costo de alimentos en las áreas metropolitanas de Puerto Rico es 23% más alto que en las áreas metropolitanas de EEUU y el ingreso mediano es aproximadamente 60% menor que el de EEUU (Hernández, Valdés & González, 2018). Este elevado costo de vida hace que para los/as trabajadores/as no diestros/as (o con baja escolaridad) sea muy difícil subsistir con menos del salario mínimo y a su vez los/as trabajadores/as educados/as en diversas industrias devengan salarios similares o muy cercanos al salario mínimo (Hernández, Valdés & González, 2018). A este panorama se suma la alta tasa de desempleo que enfrenta la isla, que actualmente es del 8.3% de la población, esto es, aproximadamente 89,000 personas (Departamento del Trabajo y Recursos Humanos, 2021). Además, expertos/as arguyen que la situación del salario mínimo no incentiva a los grupos poblacionales que cualifican para la mayoría de los programas de transferencia por ingresos como el PAN, Medicaid, Seguro Social por Desempleo, Sección 8 y TANF ya que estos reciben un nivel de beneficios cuyo valor monetario total es más alto o similar a la remuneración de un trabajo a tiempo completo, a salario mínimo (Hernández, Valdés & González, 2018). Debido al contraste entre el alto costo de vida vis a vis los bajos salarios, adquirir una vivienda propia, segura y asequible es un reto para muchas familias. Muchas comunidades enfrentan problemas de infraestructura en sus viviendas y/o acceso a recursos básicos como agua potable y/o estabilidad en el servicio de energía eléctrica (un servicio de primera necesidad que se ha visto severamente afectado por el embate de los huracanes y terremotos y tras su reciente privatización) (Sin Comillas, 2021).

 

Espiral de violencia, criminalidad, falta de acceso a la cultura y educación.

Otro problema crítico que enfrentan las comunidades puertorriqueñas es la ola de violencia y criminalidad, particularmente en los sectores más empobrecidos del país. Muchos sectores residenciales (mejor conocidos como viviendas públicas o caseríos) enfrentan espirales de violencia y criminalidad como consecuencia de las pugnas derivadas de la economía subterránea sostenida por el narcotráfico y los llamados “puntos de drogas”.  A esto se añade, el hecho de que la educación pública (primaria, secundaria y a nivel superior) ha sido precarizada haciéndola cada vez más inaccesible para los sectores con pocos recursos económicos e incluso para la clase media. Por lo tanto, un problema subyacente a la violencia y criminalidad es la falta de acceso a una educación primaria de calidad, a educación superior pública, así como al arte y a la cultura.

 

Son muchos los retos que históricamente han enfrentado las comunidades puertorriqueñas. Este trabajo fue motivado por la curiosidad de conocer las herramientas para la resiliencia y el desarrollo de lazos solidarios, así como la capacidad de transformación comunitaria que el acceso a las experiencias artístico-educativas puede ofrecer a los grupos y comunidades. En esa dirección, propuse contextualizar la pertinencia del desarrollo de proyectos comunitarios basados en artes escénicas en: la promoción de los valores de la Psicología Social Comunitaria (PSC), el adelanto de su objetivo de transformación comunitaria y su compromiso con el cambio social.

 

Psicología social y comunitaria: Terreno fértil para las artes comunitarias

Las artes escénicas[2] – conocidas también como representacionales – se distinguen por compartir su carácter efímero, esto es: “ocurren en vivo, sobre el escenario, y no pueden ser “vividas” si uno no se encuentra presente en el mismo espacio-tiempo de los artistas” (González & Ruiz, 2009; p.123). Su adjetivo ‘escénicas’ hace referencia al tipo de arte que ocurre exclusivamente en vivo, donde la presencia real a través de cuerpos vivos no se inscribe en formatos cristalizados (como fotografía o libros) sino que es presencia viva y energía que en el presente interactúa a su vez con la presencia de los/as espectadores/as. Por tanto, este tipo de arte es por naturaleza vinculante y relacional, permitiendo un encuentro cada vez único entre actores, espectadores, cuerpos, presencias, voces y sonidos (González-Ruiz, 2008). Son precisamente tales cualidades de las artes escénicas las que las hacen una herramienta excepcionalmente útil para el campo de la PSC – ayudando a promover las principales metas y valores de la disciplina, entiéndase el cambio social, la transformación comunitaria y la justicia social (Puga-Rayo, 2012). Las artes comunitarias, por su parte, son una herramienta de naturaleza expresiva, creativa y procesual[3] y el concepto engloba una multiplicidad de experiencias que vinculan la capacidad creativa individual, la realidad y creatividad colectiva y el contexto social (Nardone, 2010; Palacios-Garrido, 2009). Nardone (2010) destaca el carácter procesual y la naturaleza diversa del campo al indicar que el arte comunitario se trata de un proceso que puede incluir diversos lenguajes artísticos tales como: artes plásticas, teatro, música, danza, fotografía, video, así como también multimedia, circo y creación literaria. Finalmente, puntualiza que las artes comunitarias pueden referirse a experiencias promovidas por actores diversos (programas de arte comunitario, grupos de artistas profesionales o no profesionales y/o asociaciones culturales) y desde espacios variados (organizaciones de servicio social, centros de arte performativo, gobiernos locales, organizaciones religiosas, centros comunitarios, clubes de jóvenes, programas y centros de arte, programas especiales en el ámbito escolar, programas especiales para la juventud y/o espacios públicos) (Nardone, 2010).

 

El quehacer disciplinario que nos convoca se ve reflejado a través de distintas maneras de nombrar la arena teórica (sea Psicología Social, Psicología Comunitaria, Psicología Social-Comunitaria) dependiendo del país o la corriente teórica a la que responda su origen (Jiménez-Domínguez, 2004; Miranda Gierbolini, 2005). Conceptualizadas como un espectro de posibilidades desde las cuales gestar la intervención psicosocial, política e ideológica, la Psicología Comunitaria y la Psicología Social (o Psicología Social Comunitaria como particularmente la nombramos en Puerto Rico) comparten su compromiso con la transformación crítica, el empowerment comunitario y el cambio social en pro de la justicia social origen (Jiménez-Domínguez, 2004; Miranda Gierbolini, 2005).  La PSC – como disciplina que integra la PS y la PC – se define como “una psicología de relaciones creada para un mundo relacional, donde interesan las formas específicas de relación entre personas unidas por lazos identitarios construidos en relaciones históricamente establecidas, que a su vez construyen y delimitan un campo: la comunidad” (Puga-Rayo, 2012; p. 202).

Partiendo de lo antes planteado, podemos afirmar que las artes escénicas (por su naturaleza vinculante y relacional) y las artes comunitarias (como concepto amplio que da paso a una multiplicidad de experiencias basadas en las artes y desarrolladas por un colectivo que comparte una identidad) se presentan como disciplinas cónsonas con los valores de la PSC y como herramientas excepcionalmente útiles para la promoción y consecución de sus metas (León-Cedeño, 2010; Puga-Rayo, 2012). Sus cualidades permiten a la PSC elaborar diversas metodologías de intervención psicosocial en múltiples niveles, pero particularmente en los niveles extra individuales desde donde es idóneo potenciar el cambio y la transformación comunitaria, social, política e ideológica. Por tanto, en el presente trabajo elaboraré sobre el rol de las artes escénicas en la promoción de la transformación comunitaria, discutiré las implicaciones para el cambio social y para el desarrollo de nuevas relaciones solidarias y esbozaré recomendaciones para el diseño e implementación de futuras intervenciones comunitarias basadas en artes escénicas.

 

Método

Interesada por las disciplinas artísticas tales como la danza, poesía y el teatro y desde muy pequeña siendo testigo de cómo estás tienen un potencial de transformación tanto a nivel personal como colectivo, me propuse desde este trabajo documentar y analizar dicho poder transformativo de manera formal y sistemática. Reconociendo la complejidad de análisis de los fenómenos de transformación personal y colectiva, el presente trabajo se desarrolló en un periodo de cuatro años que abarcaron la conceptualización, evaluación y selección de los escenarios de investigación, el establecimiento de acuerdos colaborativos con las comunidades y los/as participantes del estudio, el cumplimientos de los procesos administrativos requeridos y de las autorizaciones éticas institucionales, el reclutamiento de voluntarios/as, jueces y transcriptores/as para el equipo de investigación, y la recopilación de datos, análisis de contenido, organización, análisis y presentación de los hallazgos.

 

El objetivo general de esta investigación fue examinar y explicar cuál fue el rol de las artes escénicas (específicamente de la danza y el teatro) en los procesos de transformación comunitaria de dos comunidades puertorriqueñas. De manera específica, comparé el proceso de transformación comunitaria resultante de la implementación de proyectos basados en artes escénicas en una comunidad geográfica versus una comunidad institucional (Krause, 2001).  Para esto, elaboré un diseño metodológico cualitativo-comparativo en el que consideré tanto las particularidades como los aspectos comparables de cada escenario. A continuación, en la Figura 1, presento el modelo del diseño metodológico y detallo los aspectos para los cuales identifiqué comparaciones en cada proyecto de arte, así como las principales las técnicas utilizadas para recopilar los datos.   

Figura 1. Diagrama del diseño metodológico (Modelo cualitativo-comparativo)


Según presentado en el diagrama anterior, seleccioné dos escenarios de investigación: 1) una comunidad geográfica (Escenario 1: Residencial Luis Lloréns Torres) y 2) una comunidad institucional (Escenario 2: CREARTE, Inc.). En el Residencial Luis Lloréns Torres (un proyecto de vivienda pública en el área metropolitana del país) seleccioné particularmente el Taller de Teatro Comunitario y en CREARTE, Inc. (una Organización sin Fines de Lucro) seleccioné el Programa Crea tu Arte. El proceso de selección de los escenarios de investigación fue uno riguroso para el cual utilicé una rúbrica con criterios específicos para la preevaluación de cada comunidad. Esta rúbrica facilitó la selección de comunidades con características realmente comparables y con proyección de continuidad a largo plazo de sus proyectos, de manera que – una vez obtenidas las autorizaciones de los comités de ética institucional – pudiésemos implementar la investigación sin riesgos a que el programa desapareciera en el proceso[4]. De los criterios considerados en la rúbrica los más importantes fueron: 1) la ubicación geográfica del proyecto (ambos proyectos están ubicados en la zona metropolitana del país, específicamente en la capital), 2) la duración del proyecto desde su origen hasta el momento de la selección (seleccionamos proyectos que tenían una trayectoria de entre 10 a 15 años lo que nos permitiría realizar un análisis retrospectivo de la evolución de los proyectos y por ende de los procesos de transformación derivados durante la implementación de los mismos) y 3) los tipos de arte utilizados (elemento que también comparamos y evaluamos su impacto sobre la transformación según el tipo de arte utilizada).  

 

Previo a la selección de estas dos comunidades, visité diversos escenarios (comunidades, instituciones, programas/proyectos) que contaran con proyectos comunitarios basados en diversas artes (visuales, plásticas, escénicas, entre otras) y entrevisté a los/as líderes, gerentes, coordinadores/as y/o directores/as de los programas. Una vez evaluados todos los proyectos visitados y analizados los resultados de la rúbrica, seleccioné los dos escenarios de la investigación dando prioridad a los primeros dos criterios (ubicación y duración). Por último, luego de evaluar los tipos de arte mayormente utilizados por los programas, limité la investigación a únicamente artes escénicas. Partiendo tanto de la revisión de literatura (como de mis intereses artísticos personales), seleccioné un escenario que utilizara el teatro (Escenario 1 – Taller de Teatro Comunitario) y otro escenario que trabajara con danza – en este caso danzas culturales, específicamente bomba y plena – (Escenario 2 – Programa Crea tu Arte). Cabe destacar que el Programa Crea Tu Arte, no es exclusivamente sobre danzas culturales, sino que un programa que incluye y combina diferentes estrategias de educación artísticas que incluyen: danzas, teatro, movimiento corporal, circo, pintura, yoga, deportes, entre otras. Las entrevistas realizadas incluyeron tanto a participantes que formaron parte de las clases de danzas culturales como de los grupos que tuvieron experiencia en teatro y movimiento corporal. 

 

El procedimiento para la recolección de datos incluyó desde reuniones con el personal, líderes y coordinadores/as de proyectos, hasta visitas a los cursos y ensayos para la realización de entrevistas grupales con los/as participantes del arte, citas individuales con los/as facilitadores/as del arte para realizar entrevistas individuales, revisión de documentos administrativos oficiales y otras técnicas etnográficas (conversaciones informales, observaciones y anotaciones sobre la dinámica cotidiana de los proyectos, visitas a las clases de danza y teatro, visitas a los ensayos de obras teatrales y visitas a obras teatrales y presentaciones de fin de curso).

 

Hallazgos

A continuación, presento los hallazgos más importantes y pertinentes en cada uno de los escenarios de la investigación. Presento en primer lugar los hallazgos correspondientes al proyecto de vivienda pública (Escenario A: Taller de Teatro Comunitario del Residencial Luis Lloréns Torres). Al final de la sección presento los hallazgos relacionados a la escuela alternativa (Escenario B: Programa Crea tu Arte de CREARTE, Inc.). Es importante señalar que se presentan los hallazgos más sobresalientes y de relevancia para esta publicación, sin profundizar en todos los hallazgos emergentes de este trabajo investigativo.

 

Escenario A: Taller de Teatro Comunitario

En el Escenario A, el Residencial Luis Lloréns Torres (mejor conocido como Lloréns), examinamos el proceso de transformación comunitaria del taller de teatro comunitario (conocido como Taller de Teatro Viviendo el Arte o Grupo VEA) desde su fundación en el 1997 y su evolución posterior en el Taller de Teatro Entre Líneas (existente al momento de la recopilación de datos). El Grupo VEA surgió como una opción económicamente asequible (libre de costo y de carácter voluntario) para aquellos/as interesados/as en el arte, con el propósito de generar un espacio lúdico y de esparcimiento (que fuera unisex y que brindara opciones de participación a los varones de la comunidad y no sólo a las féminas). El objetivo primordial al desarrollar esta iniciativa fue posibilitar un espacio de ocio y de desarrollo personal para prevenir que los jóvenes (principalmente varones) se inmiscuyeran en las drogas, delincuencia y otros males sociales. El Grupo VEA comenzó con un pequeño grupo de niños/as (entre 6 a 9 años) haciendo estampas navideñas en la comunidad y evolucionó exponencialmente hasta ser considerado el primer movimiento de teatro comunitario de amplia envergadura en el área metropolitana del país. A dicha evolución le denominaron el “boom de VEA”, contando con más de 60 integrantes clasificados en tres subgrupos: VEA Kids, VEA Teens y VEA. A partir del 2010, el Grupo VEA pasó un proceso de transición de liderato y membresía y evolucionó a lo que se nombró Taller de Teatro Entre Líneas (organizado en 2013-2014) siguiendo la estructura que ya había sido desarrollada por VEA.

 

En términos del teatro comunitario en Lloréns el primer hallazgo importante fue la transformación que vivió la comunidad al pasar de una postura de ‘resistencia’ a una de ‘aceptación’ hacia el grupo de teatro. En palabras del grupo pionero de teatro, a pesar de que en la comunidad había un Teatro disponible “…al grupo de teatro, no le podían prestar el Teatro, porque el Teatro era para actividades que se vinieran a hacer.” Los padres y madres de los/as jóvenes de teatro se organizaron y solicitaron a la administración del residencial que se cambiara el reglamento que indicaba que el teatro era exclusivamente para el uso de actividades externas a la comunidad. En este sentido, hubo una transformación dual al lograr que: a) los padres de los/as jóvenes que participaban del grupo de teatro se organizaran para solicitar y lograr que b) la administración cambiara el reglamento que indicaba que el teatro era exclusivamente para el uso de actividades especiales. Esto se trató de una transformación tangible en la medida en que posibilitó que el grupo de Teatro tuviera un espacio propio, seguro e ideal para continuar organizando y mejorando las actividades de arte comunitario. Otro hallazgo importante relacionado a este primer hallazgo de ‘resistencia vs aceptación’ fue el cambio en la percepción del arte que tenían los familiares, miembros y residentes de la comunidad. Cuando los/as jóvenes y adolescentes de la comunidad comenzaron a interesarse por hacer arte e involucrarse en el grupo de teatro comunitario, varios de los padres y familiares cercanos a estos/as mostraban y expresaban prejuicios sobre la participación (particularmente de los varones) en el arte. No obstante, con el paso del tiempo esta percepción se transformó radicalmente al ver el impacto tan beneficioso que estaba teniendo el teatro tanto en sus integrantes como en el resto de la comunidad. En ese sentido, parte de la transformación fue la problematización de prejuicios y estereotipos sobre el ‘género del arte’, ya que se cuestionó la idea de que las artes son únicamente para mujeres o “sólo para gays.” Otro estereotipo alrededor del concepto de arte que se problematizó fue el rol verdadero del arte (sus beneficios reales) versus la idea de que hacer arte es simplemente una “pérdida de tiempo.”

 

El cambio en la percepción del arte implicó a su vez transformaciones a nivel cognitivo en las personas de la comunidad. El taller de teatro comunitario fue conformado inicialmente mayormente por varones de la comunidad (entre el 70 a 80% de los integrantes del grupo fueron varones) y su líder (un joven varón de 15 años al momento de fundar el taller) desarrollaba guiones que aludían principales a los problemas e intereses de los jóvenes varones de la comunidad para que estos pudieran identificarse con las temáticas y trabajar con sus problemas mientras enviaban un mensaje a la comunidad mediante su arte. En el contexto del proyecto de vivienda pública, la inserción de los varones en las artes y la participación del grupo de teatro ayudó a reivindicar la imagen del varón como ‘maleante’[5] – un estereotipo que aún prevalece con referencia a los varones de la comunidad, pero que a través del grupo de teatro se logró problematizar.

 

Las transformaciones antes descritas fueron dando paso a un proceso amplio e in crescendo de transformación comunitaria en este escenario en el cual no sólo la comunidad paso de resistencia a aceptación, sino de aceptación a apoyo comunitario. La comunidad comenzó a apoyar abiertamente todas las iniciativas del grupo de teatro – desde asuntos como la confección de los vestuarios necesarios para las obras hasta la participación en un reality show organizado por el Grupo VEA donde miembros de la comunidad (externos al grupo de teatro) fueron los/as protagonistas. Esto a su vez implicó un cambio en la cultura general de la comunidad en la medida que el grupo de teatro fue educando a la comunidad sobre lo que significa una cultura de teatro al mismo tiempo que instruyó a la comunidad a disfrutar del teatro como una herramienta lúdica, de ocio y cultural.

 

El grupo de teatro comenzó a tener un rol importante en Lloréns al representar un modelo y ejemplo a seguir para los/as jóvenes que los veían y que a su vez querían tener un espacio para desarrollar sus talentos y descubrir sus potencialidades. Además del grupo de teatro convertirse en un ejemplo a seguir, comenzaron a gozar también de un mayor grado de respeto dentro de la comunidad al punto en que formar parte del grupo representaba una especie de protección ante la violencia que enfrentaba la comunidad: “No se metían con ellos/as” “Éramos un ejemplo a seguir” “Nos respetaban... por el simple hecho que éramos del grupo de teatro.” Del mismo modo, el Grupo VEA (particularmente su líder) logró tener un rol crucial en las polarizaciones comunitarias relacionadas al narcotráfico y a los conocidos “puntos de drogas” al fungir como mediadores para lograr armonizar decisiones comunitarias entre sectores antagónicos. De este modo, el grupo de teatro recibió el reconocimiento de todos los sectores de la comunidad y, además, la participación en las artes comunitarias resultó en el desarrollo de empowerment tanto a nivel individual como colectivo.

 

Otros hallazgos en este escenario trascendieron la dimensión de ‘lo comunitario’ y tuvieron implicaciones a nivel social tales como: desarrollo de redes sociales intracomunitarias, capital social de enlace, cambio estructural e impacto otros sistemas sociales. Uno de los logros más importantes de esta iniciativa fue el desarrollo de una producción teatral titulada Por amor en el caserío que se presentó alrededor de la isla con más de 500 funciones (en la mayoría de los pueblos y teatros más populares del país) y que luego se llevó a la pantalla grande como producción cinematográfica de altura. Este filme se utilizó, además, como recurso educativo para ofrecer talleres de prevención en el sistema educativo del país mediante un proyecto titulado Transformando mi Entorno Escolar que impactó sobre 60,000 estudiantes. Además, en el 2015 se comenzó a utilizar formalmente la película Por amor en el caserío como parte del curso The Evolution of Latino/a Culture y Landscaping Latin America en la Universidad de Harvard.

 

Escenario B: Programa Crea tu Arte (CREARTE, Inc.)

El Escenario B lo constituyó una Organización Sin Fines de Lucro conocida como CREARTE, Inc., cuya sede principal está actualmente ubicada en el Barrio San José (Santurce, Puerto Rico) desde su fundación en el 2001. CREARTE, Inc. ofrece servicios psicoeducativos a jóvenes que han abandonado la escuela tradicional funcionando como un espacio educativo alternativo al incorporar las artes en sus intervenciones (CREARTE, 2021). Para efectos de esta investigación nos enfocamos particularmente en el Programa Crea tu Arte, un programa en el que los/ as jóvenes realizan actividades creativas y aprenden técnicas artísticas a la vez que desarrollan destrezas sociales, desarrollan valores y fortalecen su autoestima utilizando el elemento artístico como medio principal (CREARTE, 2021).   

 

Un primer hallazgo en este escenario demostró cambios de percepción de manera multidireccional con respecto a la relación entablada entre arte-comunidad-institución y sus respectivas combinaciones (arte-comunidad, comunidad-comunidad, comunidad-institución y arte-institución). Los cambios de percepción por parte de la comunidad implicaron que la propia visión que mantenía la comunidad sobre sí misma se pudo transformar a medida que esta se involucró activamente en los proyectos de arte. En otras palabras, miembros de la comunidad al ver a otros miembros de la comunidad haciendo y creando algo estéticamente significativo – que anteriormente se creían incapaces de lograr – su percepción como comunidad se transformó al sentir que yo como comunidad también soy parte de esto también. Esta transformación implicó a su vez una transformación en los prejuicios externos sobre la comunidad que otras comunidades y sectores pudieran mantener tales como los criminales, los cacos, las yales[6]. Además del cambio en las distintas percepciones tanto de la comunidad hacia al arte, hacia sí misma y hacia la institución, otro hallazgo importante fue la transmutación de prejuicios comunitarios que habían sido heredados generación tras generación. Del mismo modo, a través de la preparación artística (libretos, ensayos, ejercicios teatrales, discusiones reflexivas sobre las obras y sus temáticas, entre otras actividades asociadas al proceso creativo) se logró una transformación a nivel cognitiva sobre importantes estereotipos sociales (ej. estereotipos de género) que de continuar reforzándose pudiera generar a su vez cambios en la en la vida comunitaria y en la praxis social.

 

Otro de los hallazgos significativos en este contexto demostró un impacto en el subsistema familiar en varios aspectos. Se manifestó un aumento en el interés por parte de familiares de los/as participantes en cuanto a las capacidades y logros alcanzados mediante los proyectos artísticos. Asimismo, las relaciones interpersonales entre los diferentes miembros del sistema familiar mejoraron significativamente a partir de la participación tanto de los hijos como de los padres en los proyectos artísticos organizados por la institución (los cuales fungieron como pretexto y espacio para la mentoría, acompañamiento, educación, desarrollo de destrezas interpersonales y guía de los padres/madres y/o encargados/as en la tarea de la crianza y educación de sus hijos/as).  Otras transformaciones comunitarias fueron de carácter institucional en la medida en que el propio staff (personal, facilitadores/as artísticos/as, coordinadores/as de proyectos) se transformaron conjuntamente en la medida en que conducían los proyectos de artes comunitarias. Finalmente, podemos hablar de un hallazgo importante al registrarse importantes resultados estéticos y evolución en las destrezas artísticas de los/as participantes. Si bien este último no es el objetivo primordial de la participación en los proyectos artísticos, resultó en un hallazgo enriquecedor que tuvo un impacto positivo tanto individual (autoestima, autorrealización) como comunitario (mostrar a la comunidad los logros, obtención de becas artísticas, entre otros).

 

Discusión

Los hallazgos antes esbozados en cada comunidad tienen un sinnúmero de implicaciones tanto para la praxis de la PSC como para su meta central: el cambio social. Si bien la dimensión desde la que pretendí analizar el proceso de transformación fue la comunitaria (sea geográfica o institucional) los hallazgos mostraron la pertinencia y el rol potencial de las intervenciones comunitarias basadas en artes para la promoción de importantes transformaciones a nivel macrosocial (sobre todo evidenciadas desde el proyecto desarrollado en la comunidad geográfica). Una particularidad que dentro de este escenario potenció un mayor alcance de la transformación fue la naturaleza del proyecto; una en que la participación de todos/as los/as participantes era de carácter voluntario. Sin embargo, los/as participantes de este escenario expresaron que, aunque iban inicialmente buscando una actividad de ocio y lúdica, eventualmente comenzaron a obtener múltiples beneficios colaterales al participar comprometidamente y a largo plazo del taller de teatro comunitario. De este modo, el compromiso de los/as participantes y la duración de los proyectos (que sean iniciativas a largo plazo) son elementos que resultan determinantes en términos de lograr una verdadera transformación tanto personal, como comunitaria y/o social. En otras palabras, el nivel de impacto que tengan los proyectos basados en artes sobre la transformación social comunitaria va a estar relacionado con el compromiso de los participantes, la voluntariedad del proceso y la duración a largo plazo de los proyectos, entre otros factores.     

     

Por otro lado, los beneficios que mencionan obtener los/as participantes de los proyectos están precisamente relacionados y derivan del rol de las artes escénicas en los procesos de transformación (individual, grupal, comunitaria, social). A la luz de los hallazgos, podemos destacar que el arte – de modo general – cumplió con roles tales como: factor protector/preventivo, promover la interacción y la socialización, herramienta para la paz y medicina alternativa. De manera más específica, mediante el teatro es posible crear realidades alternas en las que los/as jóvenes podían despejar su mente y ‘olvidar’ sus propias realidades obteniendo un alivio emocional y psíquico. El teatro se presenta como la oportunidad de ensayar la realidad mediante el análisis y comprensión de temas cotidianos. Mediante la creación y estudio de personajes se posibilita además una mejor comprensión de las relaciones interpersonales y de la diversidad humana. La improvisación como técnica imprescindible para el teatro tiene implicaciones positivas para la solución de conflictos en la vida cotidiana. Dicha técnica te enfrenta ante situaciones que requieren de rápida acción y provee herramientas para solucionarlo por medio de la creatividad. El teatro funciona en este sentido como una metáfora de la vida misma ofreciendo a los/as participantes múltiples destrezas para la vida cotidiana.  

 

Por otro lado, cuando examinamos el impacto a nivel social comunitario del Grupo VEA, es importante destacar que el taller de teatro comunitario resultó en una importante plataforma que catapultó múltiples otras iniciativas que impactaron no solo la mayoría de los municipios de la isla (mediante la obra y luego película Por amor en el caserío), sino otros países como Republica Dominicana, Chicago, Nueva York y México (donde se presentó la obra). De igual modo, el impacto en el ámbito educativo es un elemento importante de transformación social, ya que la producción cinematográfica se utilizó como recurso educativo en las escuelas públicas del país, pero además a nivel universitario como referencia de análisis cultural. El denominado “boom de VEA” realmente resultó en una colmena para el desarrollo de talentos y potencialidades e incluso la gestión y eventual autogestión de empleos para muchos de estos jóvenes una vez entrada en etapa adulta (quienes han continuado dedicándose al arte de manera profesional). El desarrollo de redes y lazos sociales fue un elemento que logró extender el impacto intracomunitario de este proyecto a otras comunidades aledañas que (al ver los logros del Grupo VEA querían ser parte de la iniciativa) generando a su vez el desarrollo de capital social de enlace y nuevas solidaridades entre comunidades y sectores sociales. 

 

En términos de futuras intervenciones, proyectos comunitarios o iniciativas basadas en las artes escénicas es importante destacar el alcance que se logró al poder convertir una obra teatral (como arte escénico desarrollado en vivo) a una producción cinematográfica. Si bien el formato de obra teatral posibilitó un impactó en la dimensión comunitaria, el formato de filme fue crucial para impactar otros subsistemas sociales y lograr una transformación en dicha dimensión. En términos de las artes escénicas, el teatro comunitario resulta un medio idóneo ya que permite la integración de múltiples disciplinas artísticas tales como danza, música, arte plástico (escenografía), artes visuales, escritura creativa, entre otras. Esta variedad de medios y opciones artísticas posibilita a su vez la integración interdependiente de grupos comunitarios diversos con distintas capacidades, talentos e intereses, pero comprometidos de manera cooperativa y solidaria con un fin común: el arte comunitario. La versatilidad que provee el teatro permite además partir los distintos intereses específicos y talentos particulares de los/as participantes del arte comunitario, elemento que se destacó como uno crucial para el éxito general de los proyectos artísticos. En esta dirección es importante además considerar los diferentes aspectos de género que pudieran mediar el proceso. En ambos escenarios, el teatro comunitario resultó ideal para poder integrar tanto a chicos como a chicas de la comunidad. A pesar de que algunas disciplinas artísticas (como la danza) suelen asociarse como formas femeninas, delicadas y que sensibilizan, dentro del escenario teatral los chicos/as se dan permiso de bailar (ej. teatro musical) como parte de una pieza dejando de lado los estereotipos sociales sobre el baile. Del mismo modo, en el caso de Lloréns, el teatro sirvió como un pretexto para atraer a los jóvenes varones que estaban ociosos mediante el desarrollo de guiones sobre temas cercanos a sus propias realidades, con los que se pudieran identificar y que les atrajeran. Por lo tanto, el teatro demostró funcionar como una herramienta para superar los estereotipos de género relacionados a la participación en las artes.

 

Consideraciones finales

A pesar de que investigaciones como la presente hacen un gran esfuerzo por evidenciar el rol y potencial transformador de las artes tanto a nivel individual como colectivo, sigue predominando lo que Matarasso (1997) llama “percepción del arte como un mero adorno social.” Esta es una concepción social ideológicamente muy difícil de transformar, ya que existen muchos prejuicios sociales con relación al arte. Como psicólogos/as sociales comunitarios/as, es necesario pensar en estrategias desde la disciplina para – a nivel social extracadémico – visibilizar la ya evidenciada función del arte y no relegar únicamente en los/as artistas y/o comunidades participantes de los programas. La PSC debe elevar su voz en la promoción de esta herramienta a nivel político; particularmente en el desarrollo de políticas públicas, programas y designación de fondos para proyectos sociales y comunitarios basados en las artes.

 

Las artes, por su capacidad de prevención y protección de los problemas y males sociales, deberían incorporarse como estrategia para el mejoramiento social y para la promoción de sociedades más saludables. Sin embargo, nos seguimos topando con presupuestos recortados o eliminados para este tipo de actividad, precisamente por considerarse una actividad extra o innecesaria. Debido a la falta de comprensión de las capacidades del arte para mejorar las sociedades, se subestima la necesidad de mantenerlas como parte de nuestra vida cotidiana. Además, las artes se consideran todavía un gasto innecesario (o un lujo) y no son vistas como una inversión social. Cabría realizar investigaciones rigurosas que verifiquen y comparen la costo-efectividad de implementar a corto y a largo plazo estrategias artísticas como medidas de prevención vis a vis los altos costos de las estrategias paliativas para afrontar la delincuencia, el abuso de drogas, la deserción escolar, el detrimento de la salud mental, entre otros problemas sociales. En el sistema educativo de Puerto Rico, por ejemplo, las materias relacionadas a las artes (teatro, pintura, danza, música) solían ser electivas a tomar en algunos planteles. No obstante, cada vez son menos las escuelas del sistema educativo puertorriqueño que cuentan con presupuestos para ofrecer electivas en artes, siendo las materias en artes las primeras en eliminarse (de cara a la crisis fiscal). No obstante, esto resulta contradictorio con las experiencias comunitarias que demuestran el potencial transformador del teatro, con las opiniones de expertos/as y con las nuevas investigaciones que afirman que el teatro se destaca cada vez más como una asignatura completa.

 

Mientras tanto, la disciplina y el gremio pudieran brindar más espacios para concientizar, adiestrar y desarrollar proyectos que utilicen las artes como herramienta medular. Asimismo, invertir en el reclutamiento de artistas y de manera transdisciplinaria adiestrar(nos) conjuntamente entre psicólogos/as y artistas para hacer una labor social de pertinencia desdibujando las fronteras disciplinarias para obtener un mayor alcance social. Finalmente, como psicólogos/as sociales/ comunitarios/as y a la luz de hallazgos debemos reconocer y comprometernos a destacar el carácter subversivo, comunicativo y expresivo de las artes – y su utilidad para la promoción del cambio social.

 

NOTAS

[1] Durante el Huracán María, muchas familias cuyas residencias ubicaban en zonas rurales (con pobre infraestructura), en zonas inundables o casas de madera (ubicadas en sectores pobres del país) perdieron sus techos. A tres años del paso del huracán, muchas de estas residencias aún permanecen con los llamados techos azules (toldos de emergencia otorgados por la Federal Emergency Management Agency).

[2] Por lo general se considera el teatro, la danza y la música como las principales artes escénicas, aunque otras disciplinas artísticas pudieran ser consideradas como arte escénico.

[3] El término ‘procesual’ en este caso se utiliza en referencia al ‘arte procesual’ o ‘arte en proceso’, en inglés process art. El movimiento artístico procesual está más enfocado en el proceso que en el objeto de arte en sí mismo o el producto final.

[4] En Puerto Rico la estabilidad y continuidad de muchos de los programas comunitarios basados en artes se ve constantemente afectada por la ausencia o asignación de fondos gubernamentales cada año fiscal. Esto, a su vez, depende de los/as líderes y gobernantes de turno, de los presupuestos asignados y de los recortes presupuestarios a los proyectos comunitarios. Las artes y los deportes por lo general son los primeros en afectarse con tales recortes.

[5] Jerga coloquialmente utilizada en Puerto Rico para referirse a personas criminales, relacionadas al mundo del narcotráfico, armas y violencia.

[6] Expresiones utilizadas en Puerto Rico de manera peyorativa para referirse a un cierto estereotipo de persona (ya sea por sus gustos musicales, jerga y/o moda utilizada, conducta social, nivel educativo y económico).

 

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Figura 1: Diagrama del diseño metodológico (Modelo cualitativo-comparativo)

Author(s)

Yazmín E. Maldonado Peña Yazmín E. Maldonado Peña

 

Yazmín E. Maldonado Peña es Psicóloga Social Comunitaria y doctora en Psicología por la Universidad de Puerto Rico (UPR), Recinto de Río Piedras. También tiene un Bachillerato en Artes con concentración en Trabajo Socialde la UPR, Recinto de Humacao. Además, ha cursado estudios en danza contemporánea e improvisación coreográfica en el Programa de Danza de la Escuela Preparatoria del Conversatorio de Música de Puerto Rico (CMPR). Por los pasados años se dedicado a la docencia universitaria en la Universidad de Puerto Rico en Carolina y en la Universidad Albizu, Recinto de San Juan. Actualmente forma parte de investigaciones adscritas al Departamento de Salud de Puerto Rico para promocionar la equidad en salud y la salud mental comunitaria


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Keywords: artes escénicas, artes comunitarias, transformación comunitaria, cambio social, solidaridades, performing arts, community arts, community transformation, social change, solidarities